Hechos 2:37-38 ¨Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?¨ – ¨Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, agradezcamos primeramente a Dios por un día más de vida, Agradezcamos Jesús, que es nuestro Salvador. La preocupación, el miedo y todo tipo de pensamiento negativo, rompe el delicado vinculo que tenemos con Dios, precisamos escaparnos de este tipo de cuestiones, apropiándonos de la paz que de Dios, vamos a ejercerla, a reflejarla con nuestras conductas y demos un buen ejemplo al prójimo, imitando el ejemplo que dio Jesús respecto al cumplimiento de la voluntad de Dios.
Cuando nos arrepentimos cambiamos nuestra manera de pensar, y de sentir, hay cambios hasta en nuestros actos, y la propia dirección de nuestras vidas es modificada, eso es arrepentimiento, cuando nos arrepentimos, nos apartamos del pecado, para servir a Dios, esto no es natural en nosotros, ni nosotros podemos hacerlo cuando queremos, lo natural es que ocultemos nuestros pecados, a estos efectos expresa, el versículo Proverbios 28:13, ¨ El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.¨, nosotros no prosperamos en sentido espiritual, porque la vida espiritual estaciona cuando nosotros no nos arrepentimos, ni confesamos nuestros pecados a Dios, sin confesión sincera el pecado queda delante de nosotros, permanece en nosotros, no como una acusación, sino como un desvió, es una verdadera tendencia persistente, como una fuerza que es superior a nosotros, ese sentimiento sombrío nos arrastra y no podemos hacer nada para impedirlo, para acabar con eso solo Dios es capaz de concedernos el arrepentimiento, por medio del Señor Jesucristo, en el arrepentimiento nosotros sentimos una especie una especie de tristeza, pero no confundamos la tristeza destructiva que deja el pecado, con la tristeza provocada por Dios, con la tristeza que está en armonía con Dios, esa tristeza provocada por Dios ella surge cuando el Espíritu Santo nos ayuda a comprender toda la maldad del pecado y nos induce a reconocerlo y admitirlo. Se expresa en 2 Corintios 7:9-10 ¨Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte.¨ – ¨Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.¨, la tristeza del pecado es diferente, confusa y difícil, contaminante y perversa, porque el pecado es destructivo, en ese proceso el aniquila muestro ser interior, pero la tristeza producida por Dios tiene el objetivo de llevarnos al arrepentimiento, y al arrepentirnos y haber confesado, recibimos el perdón de Dios, que trae paz y contribuye a nuestra salvación, Dios nos bendiga.
OREMOS
Amado Padre, te alabamos en esta hora porque a pesar de pecadores, somos atraídos por tu gracia y tu espíritu nos conduce al arrepentimiento, nos lleva a la confesión y la paz del cielo invade nuestro ser, cuando recibimos tu perdón, ayúdanos Dios, a permanecer en ti para nuestra salvación. Ayúdanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amen.