Ezequiel 36:26-27 ¨ Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.¨
Amados, que la Paz de Dios este con todos. Hoy van a abrirse los cielos, y, bendiciones sobre nuestras vidas defenderán, tengamos tranquilidad pues estamos cumpliendo con lo que Dios ha determinado en su palabra, y, la disciplina y obediencia, son ingredientes fundamentales para alcanzar bendición. Diseminemos este material, entre nuestro prójimo, porque vamos a brindar un buen ejemplo con este tipo de actos.
Pensemos en la forma en que se encuentran hoy nuestros corazones ¿Estarán tranquilos, o, angustiados?, ¿A qué se deben esas cuestiones?. El corazón es uno de los órganos más importantes de nuestros cuerpos, encargado de la distribución de la sangre a todo nuestro cuerpo, es una especie de motor para nuestro cuerpo, el órgano encargado de bombear la vida corporal de nosotros, el corazón es símbolo de vida y amor, un corazón saludable es sinónimo de una vida buena, y larga, debemos cuidar siempre nuestra salud, tanto física como mental, adoptar prácticas para mejorar continuamente en ese aspecto, la Biblia presenta el corazón como un lugar donde Dios actúa, el lugar donde Dios habla con nosotros, aunque en el contexto bíblico, cuando se hace referencia a nuestro corazón, se refiere es a nuestra mente, nuestro ser interior. Dios desea vivir en nuestros corazones. Las palabras contenidas en el versículo, nos muestran la gran obra que Dios quiere hacer en nuestras vidas, el promete dar un corazón nuevo, y, un espíritu nuevo, eso quiere decir que el desea transformar nuestra manera de pensar, sentir y actuar, un corazón de piedra significa insensibilidad, mientras en un corazón de carne, es símbolo de sensibilidad, a la voz de orientación del Señor, Dios quiere espiritualmente, hacer un trasplante de corazón en nosotros, pues nuestro corazón actual está inclinado al pecado y nos aparta de él, ese milagro, esa obra, solo es posible, por medio de la actuación del Espíritu Santo, en nuestras vidas, el Espíritu Santo, nos ayuda a seguir, y, a comprender los caminos de Dios, esa transformación no ocurre por mérito propio, pero es un regalo de Dios, él nos capacita a vivir conforme a sus enseñanzas, cuando ese trasplante espiritual es hecho, esa transformación es un proceso continuo, Dios no solo cambia nuestros corazones, pues también nos ayuda a vivir de manera justa, él nos capacita a vivir sus mandamientos, y, tener una vida que lo agrada, Dios desea transformarnos por completo, el desea darnos un nuevo corazón, lleno amor, y, cosas buenas, permitamos que Dios haga ese cambio en nosotros, y, percibiremos como nuestras actitudes y motivaciones cambian, Dios está dispuesto a transformarnos, a darnos una nueva oportunidad. ¿Estamos dispuestos a aprovecharla?.
Oremos:
Amado Padre, gracias por capacitarnos de manera extraordinaria, ayudanos a seguir avanzando de manera obediente a todos tus mandatos, queremos agradarte siempre y brindar el mejor ejemplo al prójimo, un testimonio de tu presencia en nuestras vidas. Así pedimos, en nombre de Jesús.
Amen.