20 de Junio: Dios llama a los jóvenes

1 Samuel 3:4-5 ¨Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.¨

 

 

Amados, que bueno reencontramos todos en este lugar, Dios bendiga a este ministerio online, porque ha traído muchas cosas buenas, para todos nosotros, llevándonos a una mejor práctica de la voluntad de Dios, y, lo interesante, es que podemos brindar un ejemplo positivo, sobre el cumplimiento de la voluntad de Dios, a nuestro prójimo, y, de esa manera ellos se llenaran de motivación a andar el camino de la salvación, de la mano de Jesús. Compartamos esta palabra bendecida, para agradar a Dios, e, inspirar al prójimo a mejorar.

 

 

Samuel fue un milagro, fruto de una promesa hecha, por su madre a Dios, porque la madre de Samuel, tenía muchos problemas para quedar embarazada, entonces, en profunda oración contante, la madre de Samuel, le pedía a Dios, un hijo, y, que al tenerlo, ella lo dedicaría al Señor. Así, que cuando nació Samuel, y, cumplió la edad adecuada, fue llevado al lugar donde comenzaría la preparación religiosa, allí el quedo bajo el cuidado de su profesor, quien se llamaba Eli,  cierta noche, Samuel, escucho el llamado de la voz de Dios, pero el, creyó que era Eli, quien lo llamaba, en tal sentido interrumpió el descanso de Eli, pero Eli, le dijo que él, no lo estaba, llamando, y, le asesoro, que la próxima vez que escuchara esa voz, le dijera: ¨¨Heme aquí Señor¨, para que aceptara el mandato, y, cuando Samuel, escucho nuevamente la voz, él dijo la frase respectiva, y, a temprana edad, acepto, el mandato. Nosotros también, deberíamos aceptar el llamado de Dios, y, cumplir su voluntad, obrar bien, dejando un ejemplo positivo en todas nuestras interacciones, porque Dios quiere que seamos ejemplo para todo el mundo. Si procedemos de esta manera indicada, vamos a ser bendecidos grandemente.

 

 

OREMOS

 

Amado Padre, gracias por tu palabra aleccionadora, valoramos el conocimiento que nos otorgas, porque ello, quiere decirnos, que nos amas, porque te preocupas por nosotros, y, nos indicas el camino a seguir, para ser mejores siervos, y, agradarte. Aceptamos desde ya, tu llamado, por eso te pedimos fortaleza, para agradarte siempre. Así te pedimos, en nombre de Jesús.

 

Amen.

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