Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.“
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, estas reflexiones cristianas son un proyecto conjunto que integra además a la página web de LABIBLIADIARIA.COM, cuyo objetivo es generar un cambio en el mundo por medio del conocimiento de la palabra bíblica, puesto a que hay muchas personas perdidas y sin rumbo, que andan causando estragos tanto al prójimo como a sí mismos, es por eso que se hace necesario compartir este tipo de mensajes por todos los medios posibles, principalmente por las redes sociales, pues este se ha convertido en arma del enemigo para desviar al prójimo del camino correcto, que es estar andando de la mano con Jesús nuestro Salvador, para llegar al Padre Celestial..
La palabra bienaventurado significa feliz, por tanto Santiago está diciendo que felices son los perseverantes en la prueba porque después que son aprobados por hacer desarrollado o dado una respuesta correcta a la misma, luego son galardonados con la premiación de vida eterna que Dios ha prometido a esos vendedores. Por eso la invitación que contiene este versículo es a que seamos insistentes, constantes, persistentes en medio de todas las pruebas, caminemos siempre de la mano con Dios, si vamos a vencer, en algún momento lo vamos a lograr, eso es seguro, solo precisamos ser pacientes y dejar de lado el desespero, temor o la angustia, porque cuando prescindimos de estos sentimientos negativos, demostramos la genuinidad de nuestra fe y eso nos habilita firmemente para la victoria, es entonces cuando la bendición se aproxima y nos fortalece en todas las áreas de nuestras vidas. Tenemos dificultad de comprender como un Dios de amor permite que sus hijos sufran, ¿si Dios es amor, porque permite tribulaciones y dificultades?, muchos se preguntan esto. Pero la respuesta a esta pregunta es que la dificultad y tribulación de la prueba, capacita al individuo probado para recibir la bendición, porque soportar de manera perseverante la privación define la cualidad del receptor de la bendición y el valor que le dará a la misma, para cuidarla. Teniendo esto claro, debemos saber que las dificultades de la vida forman parte de un proceso de perfeccionamiento de nuestro carácter, y cuando somos aprobados quiere decir que somos aptos para la vida eterna, el fin de nuestro texto habla que la recompensa es para aquellos que aman a Dios, y por respuesta a ese amor que Dios nos da, surge de nosotros una completa obediencia a sus mandatos, mientras él nos favorece también. Entonces, solo seremos aprobados si amamos a Dios de todo corazón, la soberanía de ese amor va a sustentarnos el día de la prueba, y por medio de él alcanzaremos la corona de la vida eterna, el justo en medio de las pruebas y dificultades sabe que Dios tiene un propósito, y así como Job dijo: ¨Yo sé que mi redentor vive¨, tenemos que saber que nuestro redentor vive y está mirándonos y jamás nos abandonara, y si el permite que pasemos por pruebas y dificultades es porque él sabe que de cualquier manera ese mal puede transformarse en un bien para nosotros, para que aprendamos y tengamos un óptimo crecimiento en nuestras áreas vitales, un día nuestro redentor se levantara sobre la tierra y todo el mal será aniquilado, entonces vamos seguir avanzando así estemos en medio de dificultades, pruebas, tribulaciones o conflictos, porque si estamos con Dios, la victoria es segura. Eso hay que tenerlo claro, como el hecho de que somos amados por Dios.
OREMOS:
Padre querido, agradecemos tu sabio consejo con el que alegras todos nuestros días, queremos ser bendecidos por ti y prevalecer ante las adversidades, dificultades, pruebas o cualquier otro obstáculo que intente detener nuestro progreso, porque estamos contigo caminando y tu palabra dice que si estamos contigo somos más que vencedores.. Ayúdanos siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.