Mateo 7:28-29 “ Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;”- “ porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”
Cosa de un padre amoroso es mantener unidos a sus hijos en toda circunstancia, reunirlos a diario para atender a sus sabias indicaciones, esta actividad la hace Dios con nosotros, pero aun así el fenómeno del cristiano con una doble vida o el cristiano hipócrita, el que habla criticando a su prójimo a las espaldas, sigue vigente y este tipo de personajes están dando mal testimonio, curiosamente en las congregaciones o comunidades cristianas se observan dos grupos de cristianos, los fieles y los infieles, nosotros que conocemos nuestros actos ¿En qué grupo estamos?, seamos sinceros, recordemos que si andamos en malos pasos, nos arrepentimos de todo corazón y nos comprometemos a no continuar pecando, sin duda seremos perdonados. En este capítulo del libro de Mateo y los dos que le anteceden, podemos encontrar un registro acerca del sermón de la montaña, así que cuando Jesús termino de predicar, el evangelista Mateo informó que las multitudes estaban maravilladas con estas enseñanzas. Todos seguramente, habríamos querido estar en ese monte, cuando Jesús estaba predicando, muchos habríamos querido ser espectadores de ese momento especial, caminar por los mismos lugares que Jesús camino, vivir esa gratificante experiencia. En el texto se dice que Jesús fue comparado con los escribas y que él enseñaba con autoridad, esta actitud maravillaba a las personas, la razón por la cual Jesús enseñaba con autoridad engloba dos cosas, primero Jesús contaba con un inmenso conocimiento de la verdad, y segundo, él era coherente con esa verdad, el maestro de galilea trajo los misterios del reino de Dios de una manera simple para las personas, mientras los escribas querían usar un lenguaje que los distanciara cada vez más del pueblo, en el afán de mantener sus posiciones como profesores de la nación, Jesús quería compartir el conocimiento con todas las personas, por eso se valía de lo cotidiano, de las cosas comunes y simples de la vida, para ilustrar sus enseñanzas, pero él tenía un profundo conocimiento de la verdad. Ahora, la autoridad de cristo reposaba en el otro aspecto, él era coherente, no solamente enseñaba la verdad sino que también practicaba el mandato de obediencia a las cosas que enseñaba, esto maravillaba a las multitudes, mientras los líderes de la nación judaica, los religiosos que deberían ser la guía del pueblo, no querían estar cerca de él, no sentían agrado por sus prácticas, pero Jesús era distinto, el enseñaba el amor y vivía el amor, el enseñaba las cosas indicadas para obtener salvación y las llevaba a la práctica, dando el ejemplo adecuado a sus seguidores. Así su conocimiento y coherencia, daban autoridad a la predicación de Cristo, y maravillaba a las multitudes, brindando un valor agregado que era el de demostrar que Dios habitaba en él. En tal sentido, a lo nuestros días practiquemos el buen ejemplo, practiquemos lo que predicamos, hagamos de la palabra de Dios una realidad en nuestras vidas y de Jesús el fundamento para mantenernos en constante bendición. Por todo lo mencionado, queremos elevar un clamor a nuestro padre, para que mueva su mano poderosa en favor de todos aquellos individuos débiles que entrar y salen del camino de la salvación, que actúan de una manera incoherente dando mal testimonio, pedimos para que sean restaurados, para que cambien sus vidas, para que sean mejores personas y eleven su nivel espiritual mediante el estudio, aunado al fiel cumplimiento de tu palabra, pues esas almas requieren un refrigerio celestial para mantenerse firmes en el camino de la salvación. Pedimos en nombre de Jesús todas estas bondades, para que las cumplas en su nombre.
Amen.