Marcos 1:16-18 “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. “ – “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. “ – “Y dejando luego sus redes, le siguieron. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, hoy se renuevan las misericordias de Dios y la oportunidad para estudiar su palabra, para cumplir sus mandatos, para convertirnos en mejores Cristianos y compartir la bendición que nos es otorgada. Llevemos este mensaje a nuestros contactos y prójimo en general practicando la evangelización de clic.
En la comunidad judaica había distintos grados de educación, y el punto más importante o final de esa educación era convertirse en discípulo de un profesor de la ley, y después ser profesor, pero era el profesor quien escogía a sus alumnos, por causa de las habilidades y el potencial que el alumno posea, para seguir y hacer como el maestro, pero no todos los niños judíos alcanzaban ese nivel, y cuando los niños no estaban a la altura, ellos no eran llamados por ningún profesor, eso significaba que ellos pasarían allí el resto de sus vidas desempeñando el oficio de algún miembro de su familia, especialmente de los padres, este era el caso de los hermanos Simón y Andrés, esos dos hermanos entre comillas no estaban a la altura de la educación Judaica, por eso fueron a desempeñarse como pescadores, dos hermanos comunes, dos hermanos despreciados por los profesores Judíos de la época, dos hermanos carentes de habilidades o potencial para ser líderes en Israel, dos hermanos que pasarían el resto de sus vidas, haciendo el trabajo que la familia ya venía haciendo hace mucho tiempo, ósea siendo pescadores, pero ocurre algo que cambia todo, en medio de esta realidad alguien surge, ese alguien es Jesús, el aparece y debió haber pasado mucha cosa por la cabeza de Simón y Andrés, un profesor ahora los llamaba para seguirlo, y su respuesta fue que dejaron las redes, dejaron todo lo que tenían y fueron a seguir a Jesús y hoy aunque se hayan pasado aproximadamente dos mil años de ese evento, hoy como en aquellos días de los hermanos de Galilea, la invitación de Jesús ¨ Sígueme¨, continua vigente, y hoy tenemos la oportunidad de aceptarlo.
OREMOS:
Padre querido, gracias por convidarnos a seguirte, queremos convertirnos en buenos siervos cumplidores de tus mandatos. Contribuye con nosotros. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.