Romanos 5:5 ¨ y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.¨
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, la esperanza no nos decepciona debido a que el señor coloco en nuestros corazones ese sentimiento llamado amor, esto implica que nuestro padre planto en nosotros la semilla apropiada, para que consigamos desarrollar un vínculo con nuestra propia existencia, que nos permita sobreponernos ante decepciones, dolores, o malos sentimientos. Asi la esperanza propia nos llevara a asumir las situaciones de una manera calmada, conservando una postura optimista que contribuya a potenciar nuestro progreso por el camino de la bondad. Mantener esta postura es fundamental, sin embargo pareciera que a veces tenemos pereza de trabajar ese vínculo, que es tan necesario para la vida en el camino de la santidad, porque cierto es el hecho de que Dios nos fortalece, pero también lo es el hecho de que nosotros debemos realizar nuestra parte para alcanzar todas las dádivas que nuestro padre nos ofrece, por eso trabajemos en buscar nuestra esperanza propia, aquella motivación que nos impulse hacia el progreso dentro del camino de la santidad, esa motivación es glorificar a Dios con acciones que promuevan o reflejen el amor del cual nos ha provisto.
OREMOS:
Padre adorado, tu conoces todo sobre nosotros, perdona nuestros pecados y ofensas, orientanos para dispensar el amor del cual nos provees, permítenos orar continuamente actuando según tus mandatos, para recibir todo aquello que nos prometes y esperamos, ven a nosotros y conducenos a cada instante de nuestras vidas. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen