1 Tesalonicenses 4:3-4 “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;“
Amados, que la Paz de Dios sea con todos. La primera actividad, que debemos realizar temprano en la mañana, debería ser buscar a Dios, para encontrarlo, y, que nos oriente para tener una mejor vida, además de brindar un buen ejemplo al prójimo. Difundamos este material, de todas las maneras posibles.
Alguna vez nos preguntamos sobre, ¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas?, muchas veces le pedimos a Dios orientaciones sobre diversas cuestiones e n nuestras vidas, como decisiones profesionales, relaciones, mientras tanto la palabra de Dios nos da una respuesta clara, y, directa sobre la verdadera voluntad de Dios, Eso se aplica en todos los contextos. La voluntad de Dios, para nosotros, es la santificación, Pero, ¿Qué quiere decir Santificación en la práctica?. El apóstol Pablo, escribió estos versos, direccionado a los cristianos, de la ciudad de Tesalónica, una ciudad griega, influenciada por prácticas paganas, en la cultura de la época, la inmoralidad sexual, era ampliamente aceptado, e, incentivado en cultos religiosos, y, con costumbres idolatras. El concepto de pureza, y, santificación, era algo revolucionario para aquellos que se habían convertido al cristianismo, para ellos seguir a Cristo significaba una ruptura radical, con los valores del mundo alrededor, Pablo refuerza que santificación no es una opción, pero es la voluntad expresa de Dios para cada creyente. La palabra Santificación, viene del griego ¨Ragiasmos¨, que quiere decir, separación para Dios, no es apenas evitar el pecado, sino ser transformado a imagen de Cristo, ese proceso envuelve el dominio propio, que Pablo, destaca diciendo ¨Cada uno de ustedes, sepa controlar su propio cuerpo¨. Además de eso, el apóstol nos recuerda, que el cuerpo no es solo materia, pero es el templo del Espíritu Santo, conforme está escrito en Romanos 6:22, así: ¨ Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.¨ , cuando somos liberados del pecado, nos convertimos en siervos de Dios, y, el fruto de eso es la santificación, cuyo fin es la vida eterna, la santificación es un proceso continuo, en el cual diariamente somos moldeados, por el Espíritu Santo, Delante de eso, la pregunta inevitable es: ¿Qué requerimos soltar para vivir la santificación que Dios desea que vivamos?. Si existe algo que nos aparta de Dios, es mejor abandonarlo, soltarlo, tirarlo fuera, porque nada debería ser obstáculo en nuestra relación con Dios. No se trata de solo evitar el pecado, sino de vivir para la gloria de Dios, en toda decisión.
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OREMOS:
Padre Amado, te alabamos por tu palabra, y, te pedimos que nos ayudes, para vivir el bendito proceso de santificación, que cada día seamos, más separados del pecado. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen