Apocalipsis 22:14 ¨ Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad¨
Amados, que Dios alcance nuestros corazones en este momento y que la buena obra que inició en nuestras vidas pueda ser completada. Para iniciar este día debemos recordar lo siguiente: Cuando venga la adversidad debemos recibirla con los brazos abiertos, debido a que ella presenta oportunidades para EVOLUCIONAR.
La meritocracia es según sus significados etimológicos tienen que ver con la debida recompensa que obtiene una persona por su acción o fuerza, cuando miramos hacia nuestra sociedad actual percibimos que todo gira en torno a este sistema estipulado por la meritocracia, allí surge la pregunta de, Podemos usar la meritocracia en las cuestiones relativas a la salvacion?, sin embargo en el texto de hoy notamos que no es posible dar tips a Dios para garantizar nuestra salvación, porque ella no es algo que el ser humano conquista sino que es algo que el ser humano hereda, la herencia es algo que el Padre bondadoso da para sus hijos, la única garantía de que estaremos en la eternidad es la sangre de Jesucristo, lo que el hace o no por nosotros es lo que va a garantizar que estemos o no en la eternidad, la única cosa que podemos hacer para llegar a la salvación es reconocer nuestros pecados, dejar de cometerlos y entregarnos a Jesus, dándole nuestras vidas llenas de indignidad y errores, si estamos intentando obtener salvación basados en los meritos de DIOS, estamos buscando alcanzar salvación por medio de las obras y debemos entender una cosa, la salvación no viene por meritos humanos sino por los meritos de Cristo aplicados a nuestras vidas, requerimos aceptar el sacrificio sistitutivo de Jesus como garantía de nuestra salvación.
OREMOS:
Padre de Amor, colocamos en esta oportunidad en tus manos nuestras vidas para que nos lleves a óptimos niveles en todo sentido, queremos siempre cumplir tu voluntad y darte gloria por los resultados de bendición. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.