07 de Febrero: Luz de vida

Juan 8:12  Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

 

 

Gracia y paz. Todos merecemos una gran felicitación por estar desarrollando este continuó hábito del estudio y meditación bíblica, que nos ayuda a permanecer enfocados en las cosas de lo alto, llevándonos a cumplir con la voluntad de Dios y como consecuencia mantenernos en el buen camino a la salvación. Compartamos este material y ayudemos a bendecir la vida del prójimo.

Juan en el capítulo primero de este su evangelio, deja claro que Jesús es la verdadera luz que al venir al mundo ilumino a toda la humanidad, y como Jesús es la luz del mundo quien le sigue no andará en tinieblas,  al contrario tendrá luz de vida, en este caso la luz es sinónimo de conocimiento de Dios, de relación con él, mientras por otro lado quien está en tinieblas, es ignorante en relación a Dios,  está lejos de Dios, pudiéramos decir aun que estar en la luz, significa haber encontrado en Cristo la verdadera alegría y sentido de la vida, quien está en la oscuridad está en la tristeza, porque no sabe de dónde vino, donde está, ni para donde va. Lamentablemente está en la oscuridad, esa persona quien no conoce a Dios. Vamos a estar en la luz, aceptemos la invitación de seguir a Jesús así estaremos sobre la gracia de Dios, y con una nueva oportunidad, una nueva vida,  estar en la luz implica poseer un gran premio, mientras estar en la oscuridad, es andar en pecado, estar en la vieja vida, en la prisión de la mentira. Estar en la luz es estar en la verdad, ello es maravilloso y allí debemos mantenernos, en la luz. El apóstol Pablo, escribiendo la carta a los Efesios, él dice: » En el pasado ustedes eran tinieblas, o estaban en tinieblas, pero ahora andan en la luz, anden entonces como hijos de la luz. Andemos como hijos de la vida, hijos de la libertad, hijos de la gracia y santidad de Dios, vamos a poner manos a la obra en ese sentido, aislémonos total y definitivamente del pecado, el cual no beneficia en nada, para aproximarnos cada día más al cumplimiento de la voluntad de Dios. En el pasado éramos ignorantes a la voluntad de Dios, pero ahora que estamos en la luz, Dios espera que vivamos como hijos de la luz.

 

 

OREMOS:

Padre amado, bendícenos y cúbrenos a diario con tu luz, ayúdanos a ser fieles en el cumplimiento a tu voluntad. Colabora con nosotros. Así pedimos en nombre de Jesucristo.

Amén.

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