Marcos 1:16-18 ¨ Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.¨-¨ Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. ¨-¨ Y dejando luego sus redes, le siguieron. ¨
Dios alabamos a tu nombre y en este momento queremos que muevas nuestro espíritu, con la tremenda gracia que concedes con tu palabra, deseamos ser instrumento para llevar tu mensaje a todos aquellos que lo necesitan, y que a fin de alabare en este acto, derrames tu bendición, colocando las palabras apropiadas en este texto, y que para tu honra, permitas que sea posible para todos prestar atención de este escrito.
Amados, atendamos la voz de Dios que viene a hablar de manera clara a nuestra mente y corazón para que de ese modo nuestra vida sea amoldada a sus disposiciones. El contexto de los versículos de hoy se produce cuando Jesus hace el llamamiento de cuatro humildes pescadores para convertirlos en sus discípulos y ellos en seguida respondieron afirmativamente al llamado, esta respuesta fue altamente valorada por nuestro Salvador, y es similar a el llamamiento que a diario nos hace primero a perserverar en la realización del bien, a la predica del evangelia pero de una manera que sobre pase las palabras y se consentre en hechos que permitan incentivar al projimo y que ellos puedan percibir la manera en que el Espiritu Santo ha transformado nuestras vidas. Posiblemente estos materiales sean un minúsculo grano de arena en este andar por los caminos de salvación pero es seguro que están produciendo cambios radicales en la vida de muchas personas a quienes con quienes ni siquiera hemos compartido a menudo pero que al percibir el mensaje de esperanza se convierten en seguidores de la palabra bíblica y nuevos iniciantes en el camino de salvación para bendición de sus vidas.
OREMOS:
Padre amado, sentimos tu apoyo e incentivo al orientarnos con tus sabias palabras que contribuyen a generar cambios positivos en el prójimo, gracias por tomarnos en cuenta para realizar una contribución en tu obra, continua bendiciéndonos. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.