Colosenses 3:23-24 ¨ Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.¨
Amados, que la Paz de Dios sea con todos, hagamos la voluntad de Dios, eso es lo que importa. Felicidades por este estudio continúo de la palabra, porque nos hace mejorar nuestras conductas, y, ser agradables Al Padre Celestial. No se requiere ser pastor evangélico, para poder decir una palabra que reconforte a los corazones, muchas personas ahora mismo están pasando momentos distintos en la vida, pero si cualquiera de nosotros, se acerca, y, les dice: ¨Tranquilo, esta es la voluntad de Dios, y, lo que está pasando es necesario para que venga la bendición¨, con esa simple frase, conseguimos tocar corazones y reconfortarlos. Claramente, todos podemos enorgullecer a Dios con nuestras acciones, y, la explicada es una acción que le agrada a Dios. Cierta vez había un hombre, que oraba y oraba, estuvo orando con 7 años pidiéndole: «Dios amado, permite que me gane el premio de la lotería.». Este señor oraba todos los días, pero un día escucho a Dios, que le dijo: Hijo, yo puedo hacer que te ganes el premio de la lotería, pero si nunca compras el billete, ¿cómo hago?. De esta historia anterior, sacamos que debemos hacer nuestra parte para que acontezca el milagro. Compartamos este material.
Por allí hay una película Dominicana, llamada ¨El Cristiano de la Secreta¨, ella nos habla de estas personas que esconden su relación personal con Dios, por temor a la opinión de terceros, después pueden buscarla en YouTube, está recomendada. En este capítulo del libro Colosenses, Pablo está aconsejando a diversos tipos de personas, y, en ese momento pablo escribe estas palabras para los esclavos, o, sirvientes, por tanto los siervos debían hacer lo mejor como que si estuvieran actuando para el Señor, y, no para las personas, estas palabras están dirigidas a nosotros que trabajamos en nuestras labores habituales, y, en la obra de Dios, debemos aplicarnos en todo haciendo nuestro mejor esfuerzo, el trabajo es el área de nuestras vidas que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo, separar a Dios de nuestros trabajos, sería como separar nuestras vidas de él, nuestro trabajo no debe ser una herramienta que nos separe de Dios, por el contrario, debe ser una forma de adorarlo, y, dar testimonio de su gracia y bondad. Pablo en este texto de hoy, nos motiva a considerar cada aspecto de nuestro trabajo, como acto de servicio a Cristo, cada tarea y cada interacción en el trabajo, son oportunidades para demostrar el amor, la integridad, la excelencia que caracterizan a un seguidor de Jesucristo, no importa nuestra área de actuación, todas son oportunidades para hablar sobre Dios, para revelar a Dios, al vivir nuestra fe en el trabajo, no solo enriquecemos nuestro ambiente, el ambiente de ejercicio de nuestra actividad profesional, también establecemos el reino de Dios como nuestra prioridad, influenciando a otros para una transformación positiva, por medio de nuestro testimonio, tenemos que trabajar como para el Señor, y, dar el 1000% en nuestras actividades, la bendición que recibiremos será grandiosa, busquémosla de esta manera, y, seamos diferentes al hombre que no compro el ticket para ganar.
OREMOS
Adorado Padre Celestial, esta enseñanza es motivadora, nos incentiva a ser mejores siervos, a partir del trabajo y la práctica de la obra Cristiana, ayúdanos a hacer lo necesario para llevar almas a los caminos de Cristo. Contribuye con nosotros. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo.
Amén.