06 de Enero: Mejor es esperar

Eclesiastés 7:8 ¨ Mejor es el fin de un asunto que su comienzo; mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu.¨

 

Amados, que la Paz de Dios, sea con todos. La salud es algo importante en nuestras vidas, con ella podemos continuar haciendo nuestra parte en la obra de Dios, sin embargo, existe una tendencia a querer las cosas al momento, de ya para ya, convirtiéndose todo en un estrés, que deteriora nuestra salud, por tanto, es necesario, aprender a controlarse, y, a manejarse en todas las situaciones. Quien procede con calma, logra responder de mejor manera a las situaciones, en tal sentido, comprendamos que si nos calmamos, esperamos que se vayan cumpliendo las fases del proceso, teniendo una acción calmada, vamos a resolver de una mejor manera. Difundamos este material.

 

 

El Rey Salomón, escribió el libro de Eclesiastés, ese libro es una de las joyas raras en este mundo, son tantos consejos, una filosofía de vida, la contemplada en este hermoso texto, para tener sabiduría y entendimiento ante nuestros dilemas de la vida, es recomendable leer con frecuencia este libro de Eclesiastés, así como otros libros contenidos en la biblia, que están llenos de sabiduría, con certeza vamos a tener una profunda experiencia con Dios, cuando logremos comprender estos textos, interiorizarlos, y, vivirlos. Este verso de hoy, nos da una tremenda enseñanza, para la vida, recordándonos que tener paciencia es mejor, que carecer de ella, es normal a veces estar ansiosos, al comienzo de un proyecto siempre estamos buscando resultados inmediatos, esto es parte de las características de ser humanos, aun mas en los tiempos actuales donde es fácil el acceso a la información, sin embargo, ver a Salomón nos recuerda que el valor de las cosas, no son solo el principio, sino también durante y, especialmente durante el resultado final, la paciencia nos enseña a perseverar, para continuar incluso cuando las cosas parecen difíciles con el tiempo, podemos cosechar frutos más maduros, además, el contraste, entre, que es paciente, y, el arrogante, nos muestra la importancia de actitudes. La paciencia, nos ayuda a afrontar las situaciones y desafíos, de manera humilde, de manera sensata, mientras que la arrogancia nos anima a actuar de una manera, la impulsividad, nos hace ignorar la sabiduría, la paciencia nos ayuda crecer, en sabiduría, en comprensión, desarrollar, bien nuestro carácter, la verdad también, es muy aplicable a nuestras relaciones cuando enfrentamos dificultades, con personas con las cuales vivimos, la paciencia puede ser clave para superar malentendidos, y, los conflictos, juzgar a alguien precipitadamente puede ser un error, la paciencia nos da la oportunidad de construir relaciones saludables. El rey Salomon nos enseña que la paciencia es un atributo valioso, ella nos enseña a valorar el proceso, a tener calma para aceptar cualquier tipo de acontecimiento, teniendo la fe en que la resolución, es posible, a recoger resultados significativos y a tener una perspectiva sabia, en un mundo que le da valor a la rapidez, mejor es esperar, esperar en Dios, confiar en el, y, avanzar, la paciencia nos invita a desacelerar, a confiar en Dios y a reconocer que las mejores cosas, muchas veces vienen con el tiempo, por eso Salomon dice que mejor es el fin de las cosas, que su principio, y, la paciencia es mejor que la arrogancia.

 

 

 

Oremos:

 

Amado Padre, capacítanos ampliamente para proceder con paciencia, y, asumir de manera calmada todos los desafíos, teniendo la fe de que todo va a resolverse, ayúdanos a superar de manera calmada las adversidades, y, contempla la obediencia que estamos teniendo a tu voluntad, pues ese el nuestro modo de clamar por tu favor en todo momento. Colabora con nosotros. Son las peticiones que hacemos hoy, en nombre de Jesús.

 

Amen.

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