Hechos 3:21 “a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.”
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Ciertamente, todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos topado con esta palabra bíblica y es bueno saber que habrá un tiempo en que todas las cosas serán restauradas a su propósito original, nosotros fuimos originalmente creados en el bien y la perfección, en el aspecto físico, espiritual y mental, pero el pecado averió tal condición. La buena noticia que nos trae el evangelio es que entre otras cosas, es que Dios está operando esa restauración en nosotros, como originalmente lo planeó. Cuando Cristo vino a la tierra el desarrollo de su ministerio de sanación, fue la prueba fehaciente de que Dios se preocupa por nuestro bienestar, por nuestra salud, porque mejoremos nuestra calidad de vida. Nuestro Padre desea un crecimiento integral en nosotros, por eso Cristo cuando estuvo aquí, trabajó incansablemente, siendo que se convirtió en precursor de una transformación que él mismo realizará al final de los tiempos. En atención a lo planteado, debemos desarrollar hábitos que produzcan una vida saludable en todos los aspectos, porque mientras nuestra mente esté bien nuestro cuerpo también lo estará, veamos que mientras más sea usada nuestra mente para las cosas buenas, nuestro cuerpo mejorará progresivamente, por ello se hace requerido que meditemos en la palabra bíblica, compartamos el mensaje, nos ejercitamos físicamente, nos alimentamos saludablemente, hagamos las cosas de la mejor manera posible, eso demuestra nuestro amor por nosotros mismos, el cual es fundamental para amar a los demás y así cumplir el mandato de amor al prójimo. Tengamos presente que mientras más fortalezcamos nuestra mente, más nos mantendremos alejados del pecado, mientras más continuidad tengamos en la ejercitación de nuestro cuerpo y manejemos una alimentación balanceada, estaremos más cerca de Dios. Además, el ejercicio produce endorfinas, que son las células responsables de la felicidad y eso nos llena de motivación para asumir mejor nuestros días.
OREMOS:
Padre amado, gracias por todas las bendiciones que nos otorgas a diaria y las que seguirás otorgandonos, ayúdanos a mejorar nuestra salud, física, mental y espiritual, nosotros queremos hacer tu voluntad siempre y para ello requerimos estar en buenas condiciones de salud, para mantenernos en victoria continua. Contribuye con nosotros siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.