1 Juan 2:15 ¨ No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.¨
Amados que la paz de Dios sea con todos, y seamos bendecidos abundantemente. Sintámonos abrazados por la misericordia de Dios, es por causa de ese sentir divino, qué somos orientados a diario a tener una vida mejor, Dios no quiere vernos pecando, ni destruyendo nuestra vida poco a poco, Dios se agrada cuando nos ve obedeciendo a su voluntad, es por eso que con su palabra, nos motiva a tener una mejor decisión, la decisión de obedecer a su palabra, Por qué la palabra de Dios triunfar, y convertirnos en receptores de la bendición total. Compartamos este material, y, contribuyamos a mejorar la vida del prójimo.
Esa primera carta de Juan tiene como tema principal el amor, realmente todas las cartas de Juan están permeadas con ese mensaje de amor, a lo largo de los capítulos encontramos mensajes como: ¨Dios es amor¨, ¨el amor viene de Dios¨, ¨debemos amarnos unos a los otros¨, y, mensajes similares, en ese sentido, en el versículo que encabeza este material, podemos notar que el amor al mundo trae una ausencia del amor de Dios, delante de esto, QUIEN ama al mundo pierde el amor del padre, esa podría ser una interpretación, pero Pablo el Apóstol afirma en el capítulo 8 del libro de Romanos, que: nada ni nadie, puede separarnos del amor de Dios, pudiéramos pensar que el amor al mundo sería una excepción, pero eso no es posible, porqué absolutamente nada, puede separarnos del amor de Dios, teniendo esto en cuenta, ¿cuál sería el significado del versículo que encabeza este material?, para entender esto primero, debemos comprender lo que significa amar al mundo, en este sentido, lo previsto en los versículos 1 Juan 2:16-17, nos explica: ¨Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.¨, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y, la soberbia, son pecados que alcanzan la mente, el cuerpo, y, el corazón. Cuando se ama al mundo, el corazón vive para sí mismo, desenvolviendo el egoísmo, para la satisfacción de sus deseos, el amor por las cosas terrenales imposibilita al corazón para dedicarse abnegadamente a las cosas de Dios, el placer, y, las conquistas materiales, son la fuente de saciedad, de aquellos que tienen el mundo en su corazón, dicho eso queda claro, que: la ausencia del amor del padre, no irrespeta al padre, sino al hijo pecador, el amor por el mundo rellena el corazón, no dejando espacio para el verdadero amor. qué es Dios, esa es la gran cuestión el amor por el mundo, excluye al amor por Jesús. Debemos pensar: ¿En qué Fuentes hemos saciado nuestras almas?, ¿Hemos amado al mundo, o, amado a Dios?, no debemos amar al mundo como dice el apóstol, eso es pasajero, pero el amor de Dios es eterno, dejemos al verdadero amor llenar nuestros corazones, es muy lindo cuando la voz de Dios llena completamente nuestros corazones, allí sí es que nosotros nos encontramos con nosotros mismos, y, realizando esa introspección nos encontramos con Dios, con nuestro origen, y, con muchas cosas más, qué nos harán progresar, teniendo una mejor visión de vida, y, procediendo con obediencia total a Dios.
OREMOS:
Adorado Padre, en esta oportunidad venimos ante ti, llenos de júbilo y energías positivas, pues tu palabra reaviva cada instante, nos motiva a hacer nuestro mejor esfuerzo por obedecer a tu voluntad, es por eso que ahora te pedimos, qué nos otorgues mas control para disminuir nuestro amor por el mundo, y, amarte a ti, porque sabemos que el amor por el mundo, excluye nuestro amor por ti, y, queremos amarte más, por qué tu amor es eterno en cambio, el amor del mundo es temporal. Ayúdanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amén.