Salmos 127:1 ¨Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. ¨
Amados que la paz del Señor este con todos y seamos siempre bendecidos. El salmo que estudiamos en esta oportunidad trata de las preocupaciones universales de los seres humanos: Construir, Proteger, Realizar. No considerar preocuparse en realización de estas actividades seria considerado insensato, con todo el mensaje central de este salmo es que no hay sacrificio en el trabajo humano que sea capaz de sustituir la presencia de Dios, el segundo verso de este salmo no sugiere que el esfuerzo sea errado, lo que es errado es dejar a Dios fuera de nuestros esfuerzos, si el Señor no es tenido como fundamento de aquello que hacemos, nuestras realizaciones no pasan de árbol destinado a caer, todo aquello que tiene base falsa se convierte en futilidad.
Correr detrás del viento es lo que hace el ser humano sin contar con asistencia divina, entonces fácilmente el individuo puede perder el sentido de lo que ocurre, de lo que es importante, pasa a confundir el oro verdadero con la lata, perdiendo lo que realmente tiene significado. Los hombres de negocios que tienen miles de ocupaciones en el día, que trabajan mucho en la oficina, en la calle, de viaje y hasta se llevan el trabajo a la casa, ganaran tiempo perdido con la familia y sus seres queridos, salud dañada, cansancio, entonces no edificaron algo bueno realmente. Este salmo es atribuido a Salomón, viejo rey de Jerusalén, quien en alguna parte de su vida olvido lo que era importante, edifico casas, planto viñas y se entrego a las diversiones, hasta acumulo riquezas, pero su edificación tanto literal como figurativa fue destruida, su reino pereció en ruinas, sus casamientos se tornaron un verdadero desastre, todo lo cual le trajo gran frustración. En tal sentido, hoy en lugar de enloquecernos con el trabajo, prefiramos completar el día con otro tipo de actividades que nos hagan crecer espiritualmente, cultuemos a Dios también por las noches y hagamos oraciones, en diez años los negocios y cuestiones que hoy nos parecen importantes desaparecerán y prevalecerá los recuerdos que tenemos con las personas que están cerca de nosotros, por eso aprovechemos para edificar nuestra casa en los caminos de Dios y demos valor a cada miembro de la familia.
Padre querido, ayúdanos a esforzarnos, ayúdanos a edificar nuestras casas y a dar valor a todos los integrantes de nuestra familia, y que nunca olvidemos que tu deseas lo mejor para nosotros. Favorécenos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo por quien todo lo concedes.
Amen.