Mateo 5:17-18 ¨No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.¨ – ¨Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.¨
Dios padre, en esta hora sentimos la necesidad de compartir tu palabra, la cual nos renueva en la fe, alimenta nuestra sabiduría y entre tantos beneficios, esparce tu mensaje con la finalidad de cumplir la función evangelizadora de tu obra. Todo para alabarte y glorificarte. Igualmente te agradecemos por la vida de nuestros hermanos que están contribuyendo a esparcir tu palabra compartiendo estos mensajes bendecidos por ti en las redes sociales. También te agradecemos por haber escuchado nuestras oraciones en la intersección por la sanación de los problemas de quienes nos lo han solicitado.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. En esta tercera entrada donde estamos tratando el estudio de la ley de Dios, debemos recordar que en la ocasión anterior se resumió un poco sobre los primeros cuatro mandamientos que componen la ley de Dios, entonces continuando con el quinto mandato podemos mencionar que este es uno de los más hermosos referidos a honrar a nuestros padres, y así estaremos a la vez honrando a Dios, pero por otra parte esto incluye al respeto a la autoridad terrenal, recordando que quien anda en actos deshonestos está violando este mandato. El próximo mandato, nos indica que no debemos matar, textualmente no lo debemos hacer porque eso nos lleva a una gran penalidad en el plano terrenal y a una condena eterna en el inframundo, pero esto también se refiere a que no debemos desatender o ignorar personas o aspectos porque cuando incurrimos en esta conducta estamos matando de manera inconsciente mediante el acto de ignorar. Continuando viene un mandato que implica ser integro y siempre respetar tanto a la persona o personas con quienes compartimos nuestras vidas como respetar a nuestros propios valores, este mandato se refiere a no cometer adulterio, lo que además de lo nombrado, implica respetar a nuestro cónyuge de manera textual. El siguiente mandato indica que no debemos robar, cierto que textualmente ello implica una condena para eternidad y una penalidad terrenal, pero su trasfondo se refiere a sustraer momentos positivos de nuestras vidas. El penúltimo mandato es no dar falso testimonio, lo cual indica no decir mentiras, no actuar de una manera falsa. Y el último mandato es no codiciar, ello se refiere más que todo a alegrarnos por el éxito de otros y fomentar el progreso del prójimo, así como el de nosotros mismos.
OREMOS:
Dios Amado, colocamos nuestras vidas en tus manos, ayúdanos a ser mejores personas, capaces de obedecer tus mandatos de manera estricta, permite que la obra sea completada en nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen