02 de Mayo: Odio y Misericordia

Mateo 27:23 “Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: !!Sea crucificado! “

 

 

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Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, que bueno poder reunirnos este día donde las misericordias de Dios se renuevan y con ellas la oportunidad de seguir mejorando en nuestro camino a la salvación, ayudemos a otros a conocer la palabra de Dios, por tal motivo compartamos este material.

 

 

Jesús estaba siendo juzgado por Pilatos, él no percibió mal alguno en Jesús, Pilatos acostumbraba a juzgar a criminales terribles, y al mirar hacia una persona juzgada, ciertamente el conseguía percibir en las palabras de las personas alguna culpa, de todos los que Pilatos había juzgado, Jesucristo parecía ser diferente, sus palabras eran pocas, su mirada profunda y su manera de hablar era tranquilo, otro aspecto que Pilatos había percibido era la reacción de la multitud, normalmente las personas esperaban sus palabras de juicio, pero aquella multitud tenía un odio incontrolable, parecía unánime que todos querían ver a aquel hombre crucificado, pero parecía que toda aquella multitud estaba siendo guiada por un único ser, el odio estaba en sus ojos y el veneno en sus palabras, entonces es cuando Pilatos dice las palabras contenidas en este versículo. La pregunta de Pilatos demuestra su descontrol sobre la situación, Pilatos no quería condenar a Jesús percibía que era inocente, pero tuvo miedo de la desaprobación del pueblo, hoy pudiéramos juzgar a Pilatos como un hombre indeciso, necesitado de autoestima, pero muchas veces en nuestras vidas negamos a Cristo con miedo de la desaprobación popular, existe lo que esta de moda, lo que todos piden, entonces que sea nuestra decisión pero que este apegada a la voluntad de Dios, quizá no exista llave del éxito pero si es un fracaso mayúsculo buscar la aprobación de todos, existen momentos donde nos enfocamos tanto en lo que otros hablan de nosotros, que no escuchamos al propio Dios, y algunas veces nos lavamos las manos como Pilatos, hoy Dios nos invita a ignorar la voz de la multitud, y escuchar la voz celeste diciendo: ¨ Quédese al lado de Dios¨.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, colocamos hoy nuestras vidas en tus manos, ayúdanos para poder convertirnos en siervos agradables a ti y merecedores de tus dadivas. Es nuestro clamor hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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