Santiago 4:1-2 ¨ ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? ¨-¨ Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.¨
Oh amado Dios, en este nuevo año, lejos de los planes mundanos que llevan al prójimo a contender, a crear mal entendidos, y perturbaciones varias, nosotros queremos ratificar el compromiso de continuar rescatando almas perdidas y llevarlas a tus caminos, además de seguir orientando al prójimo hacia la mejoría continua con utilización de la palabra bíblica. Sigue incentivándonos a compartir la verdad bíblica con esta novedosa forma de evangelización promovida mediante clics en redes sociales, pero ténganos practicando el evangelio que posteamos y predicamos.
Amados, nuestro salvador jamás nos abandona y quiere lo mejor para la vida de sus hijos, él está trabajando para que tengamos lo mejor, no siempre lo mejor es lo que esperamos, pero como Dios está en el futuro el conoce si nuestro pedido será fuente de bendición o no. En los versículos de hoy, se indica que el origen de la discordia se encuentra en la inclinación natural al egoísmo, donde cada uno busca enfocarse en sus planes y placeres, en ese sentido el individuo hace todo para cumplir sus propósitos y otro también busca cumplir sus deseos, como que si cada uno hala la cuerda hacia su lado y allí la guerra esta decretada, se toman la ley por sus propias manos, hasta que entra el entorno en un ciclo de amargura y dolor logrando crear un gran abismo de maldad, para evitar esa consecuencia debemos pensar en el otro individuo, sus motivaciones, sus aspiraciones y las maneras de como podemos contribuir a mejorar sus condiciones de vida, finalmente eso nos es retribuido en bendiciones. Dios nos ama y requerimos buscar de el en las satisfacciones de la vida humana, presentemos nuestros actos al padre procurando glorificar su nombre.
OREMOS:
Amado Padre, ayúdanos a entregar nuestra vida en tus manos, ayúdanos a cumplir tu voluntad en nuestra vida, elevar nuestro nivel espiritual, convirtiéndonos en dispensadores de amor al prójimo y danos la paz que excede todo entendimiento humano. Asi pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.