Prepárese, ordenese, fomente su hogar.

 

El plan de Dios sigue un esquema determinado que garantiza una tranquilidad vital, cuando tomamos en cuenta lo dispuesto en él,  puesto a que cada etapa de nuestro desarrollo tiene sus propias características y extremos que deben ser cubiertos. Primeramente, requerimos organizarnos en todo lo referente a obtener las cualidades necesarias para desenvolvernos correctamente en cualquier entorno, ello es estudiar y prepararnos para el desarrollo de una labor.

Acto seguido,  debemos poner en práctica el conocimiento adquirido para generar oportunidades donde podamos aplicar acciones dirigidas obtener mayores beneficios, para mantener una vida tranquila donde podamos satisfacer nuestras necesidades materiales sin ser carga para otros, ello es buscar un buen trabajo o bien emprender en su negocio propio. Finalmente, luego que cuentes con esa estabilidad prepara tu colchón financiero, unos ahorros para que obtengas tu casa, a partir de ese momento puedes pensar en contraer matrimonio, antes no, porque llenos de carencias, como falta de un buen trabajo, de casa, y medios para satisfacer de manera independiente nuestras necesidades, seremos presa fácil para que nuestra relación conyugal caiga por tierra, produciéndose conflictos que causan la ruptura matrimonial

A manera de resumen, se exhorta a tener el bienestar que Dios nos desea, obrando del modo indicado en la palabra que es, prepárese ampliamente para una labor, trabaje horadamente en la buena labor que le lleve a satisfacer sus necesidades de la mejor manera posible, para que satisfaga sus necesidades y luego que tenga esa estabilidad construya su casa, desde allí puede tener la idea de casarse, previniéndose de desavenencias a causa del factor financiero.

¿Qué puede aportar en este aspecto?

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