Provérbios 20:9 ¨ ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado?¨
Señor nuevamente compartimos tu enseñanza manifestada en la palabra bíblica, coloca una pizca de bendición este texto, pues, deseamos que la interpretación que se realiza sea agradable a ti, con el objeto de esparcir, la expresión liberadora y sanadora que nutre corazones, como lo es tu mensaje.
Amados, Dios quiere que todos tengamos vida eterna, muestra de ello son todas las disposiciones previstas en la biblia las cuales nos llevan a superar y a sobrellevar las situaciones cotidianas que se nos presentan, permitiéndonos estar cerca de nuestro padre celestial, mostrando la conducta que él desea que tengamos. El versículo de hoy nos indica que muchos creemos tener la disciplina espiritual para conseguir una purificación de nuestros corazones, sin embargo debemos saber que esa es una tarea que hace nuestro Dios en favor de nosotros, siendo que esa obra de transformación es sobrenatural, que es una acción de afuera para adentro y constituye la diferencia entre autoayuda y Diosayuda, ciertamente es bueno que el individuo considere tener las capacidades para lograr lo que se propone pero debemos reconocer en que siempre necesitamos de Dios, que hay cosas que solo él puede conseguir. Debemos estar apegados a los mandatos bíblicos para habituarnos a las cosas que causan placer en Dios y abstenernos de aquello que le disgusta, algo parecido fue el mensaje que Jesus nos dejo. Jesucristo nos limpio y purifico en un tiempo que eramos incapaces de conseguir tal purificación. En este sentido, debemos confiar en su regreso.
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Padre Celestial, gracias por todas las bendiciones que nos otorgas, toma el control de nuestras vidas, permítenos continuar siguiendo en el camino del bien para llegar a ti, que seamos purificados conforme al ejemplo que nos dejó Jesucristo. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.-